el pensamiento pasa
no sin antes dejar su melodía errante
en cada uno de los sentidos
en tu boca todo llora
cuando renunciás a tus manos
con el sonido de caras colisionando entre sí
se abren las flores
llenitas de avispas prisioneras
las pupilas giran
sus cuellos lentos entorpecen
este agüita que me quiere llevar.
Maximiliano Olivera
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