30 de noviembre de 2012

Aprecia, al Sol omnipotente

El Sol nunca se detiene a observar a los árboles,
ni al río, ni a las montañas de caos y hormigón.
Ni siquiera esta interesado en escucharnos.
Deposita en su espera la lentitud de eones,
las diferentes formas austeras para incinerar
el indescifrable tiempo que dormita en su piel.

El Sol ignora nuestras leves existencias.
Toda esta luz alrededor no es suya,
somos nosotros mismos diseminandonos,
descomponiendonos en estelas de desiertos,
colmandonos de lleno en esa arena que respira,
acercandonos lentamente el uno al otro.

Hay un Sol que nunca descansa.
¿No te das cuenta quién sos en tus sueños?
Somos cada "no" que disparamos entre risas,
cada muerte con la que envolvemos silencios,
cada decisión que manipulamos,
somos la sangre y somos el vórtice
de todas nuestras estrellas invisibles.

Maximiliano Olivera

26 de noviembre de 2012

Desperdigado entre penales, Orión y el Cabezón

¿quiénes se van con tu vida?
¿y si ustedes pierden los próximos 3 partidos?
porque yo no seguiría
mal horneado como vos
no tengo ganas de hacer el ridículo
el año que viene se sabe
¿querés venir?
eso seria algo dulce
decime que es tuyo y te como la boca
le dije que la amaba
y se me hacia que iba a ser eterno
no se de que tengo miedo igual
pero sabe como ponerte incomodo
se pone a llorar al ver que va a tener que reordenar todo eso
estabas por perder el poco respeto que te tengo
conociéndote, que raro que no dijiste "cuando quieras"
lo tirás y vuelve
creía que era martes
¿te lo trajeron recién?
¿y ahora que usás?
se vuela la cabeza con una Remington
un mes sin actividad cerebral
¿todavía no tenes sueño?
¿quién te lo compro?
¿está nublado?
¿ya estás en casa?

Maximiliano Olivera

23 de noviembre de 2012

#2

Y por enésima vez nadie te entiende. Vos nunca pensás, y todo lo que decís son puras banalidades sintéticas. Date cuenta que no podés controlar los hilos que sos. Se conectan y desconectan constantemente, enredados en la necesidad de oprimirte el pecho y hacerte saborear agudos estertores. Ey! no te asustes. Ninguno de ellos es más veloz que esta brisa que camufla las voces de tu cabeza.
Flotaré dentro tuyo una vez más. Trataré de impedir que acumules melodías melancólicas en las aguas subterráneas donde bebés, dormís y nacés cada día. Para eso, dibujaré en tus cisnes un árbol, o dos. Y a todas tus angustias, les daré voz. "Recordar es aprender". Las emociones corroen todo lo que ves, y siempre de la manera mas cobarde posible. Entonces los recuerdos ya no intentarían liquidarte, si primero aprendés a unificar tus hilos.

Maximiliano Olivera