30 de noviembre de 2012

Aprecia, al Sol omnipotente

El Sol nunca se detiene a observar a los árboles,
ni al río, ni a las montañas de caos y hormigón.
Ni siquiera esta interesado en escucharnos.
Deposita en su espera la lentitud de eones,
las diferentes formas austeras para incinerar
el indescifrable tiempo que dormita en su piel.

El Sol ignora nuestras leves existencias.
Toda esta luz alrededor no es suya,
somos nosotros mismos diseminandonos,
descomponiendonos en estelas de desiertos,
colmandonos de lleno en esa arena que respira,
acercandonos lentamente el uno al otro.

Hay un Sol que nunca descansa.
¿No te das cuenta quién sos en tus sueños?
Somos cada "no" que disparamos entre risas,
cada muerte con la que envolvemos silencios,
cada decisión que manipulamos,
somos la sangre y somos el vórtice
de todas nuestras estrellas invisibles.

Maximiliano Olivera

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