Desde las alcantarillas de mi alma
puedo verte y vos también me ves
desde tu pequeño cuerpo de gato gris.
Con lentitud y gracia te acercás,
fingiendo desconocer las heridas
que resaltan tu torpeza al andar.
¿Para qué cruzarás las horas
si del otro lado no hay más que
remolinos de vacíos?
Noté desde lejos vibrar nerviosa
la espuma que abriga tu testarudez.
¿A dónde irás con este temporal?
Tu sonrisa rodará por el asfalto
y tu carne hecha de delicadas mareas
no resistirá la caricia del rayo.
Ni siquiera escondiendote en tus aguados ojos
estarás protegido de la iracunda garúa del tiempo
que inutiliza todo lo que sus endebles agujas toquen.
Gatito gris, mejor sé una inquieta grulla de papel
temblando subrepticiamente en mis frías manos.
Maximiliano Olivera
<3
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