En el sueño yo era un poeta muerto
y vos el torso desnudo que nunca se detuvo.
Y me preguntaba: ¿es así como quiero
que la muerte consuma mi putrefacta armonía?
Después hubo instantes de intensos viajes
hasta los orgasmos mas mortíferos.
Y aún conservaba dentro de mi ensamble
las ventosas rimas de la libido.
Maximiliano Olivera
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