5 de mayo de 2015

Abril

Comiéndonos entre nosotros, gatita calicó, ¿comiéndonos? Si fui tu hermano cuando esa ventana que amabas daba hacia una pared, y tu cielo era una quimera horrible, desdibujada. No querías muerte, ni una estrella donde poder correr, pero, ahora es todo lo que te veo. El mundo es tuyo, hermana. Hacia dentro, todos los mares que irradian emociones corroídas por un aire humano, y las montañas incrustadas desde hace siglos en ciudades ruidosas de grueso hollín. Tenés todo el campo de manzanos, los escarabajos más bonitos, la arena y sus tortugas, el coirón ardiendo, el viento de madrugada y las luces nocturnas en la bruma; despertares sedientos de Sol. Tendrás todas las rimas para cada palabra cantada y la dicha de saberte desposeída de toda humanidad. Dejate fluir, olvidate de volver a casa; ya no hay más, sos el aire, sos la música más hermosa, ya.

Maximiliano Olivera

No hay comentarios:

Publicar un comentario