28 de junio de 2013

Fiebre

Dos floreros con cálidas caléndulas,
que son dos gatos amarillos.
Un televisor anticuado de abdomen viscoso;
una mirada vacía, oxidada, olvidada;
un ventilador que gruñe, que desanda las vibraciones
y las hace a un costado, para que impulsen
los vapores de un termómetro inestable.
El moho deshilacha aquel color ocre tostado
del que estaban vestidas las paredes.
Es una habitación acogedora
para todo el montón de voces que traigo
dentro de este tumultuoso corazón.
Te observamos tirado en una cama, abuelo,
te observamos morir.
Mi migraña hace piruetas por el aire.
El gatito mas joven aún no entiende tu delicado estado.
Repentino, casi tétrico, diría, tu padre emerge de unas sabanas
acumuladas en un sillón, para abrir las persianas.
¿Vos también podés verlo?
Te aqueja como la luz deja al descubierto todas las partículas
que flotan a tu alrededor.
Sabemos que sos consciente de todo, y que no en vano
viste pulmones agitados en tus sueños.
Deberías saber que en los mios nunca hay oxigeno.
Es realmente bello verte así,
y sé que a vos también te agrada verme desaparecer junto con
tu última nausea.

25/12/12
Maximiliano Olivera

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