24 de marzo de 2014

Ahora

Despiadado Sol,
vidrioruido de los nervios vivos.
Los sonidos que fueron despedazados
por los pasados y futuros
que giran alrededor tuyo.
Las batallas del presente
fueron abiertas
como un pecho moribundo
que pide clemencia.
La sal en esta cara que aun recuerdo,
mientras merodeo con pies de demonio
por la ciudad.
La piel de mi rostro,
una arcilla que es atacada
por miles de pajarosdiamantes.
Todo en el mediodía está cayendo:
la gente mala y buena,
el puente al final de la calle,
la risa del niño que no duerme,
el empedrado que hace morir a las palomas,
esas mismas palomas,
la muerte y todos sus perros raquíticos,
el reloj en mi muñeca,
lo que dicen por la radio.
Todo, todo cae,
ahora.

Maximiliano Olivera

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